NUTRICIÓN EQUILIBRADA


Todos conocemos la importancia de mantener una dieta equilibrada pero, ¿Qué es realmente mantener una dieta equilibrada?
Si atendemos a una clasificación según los nutrientes de los alimentos, parece bastante obvio: aumentar el consumo de carbohidratos de calidad, reducir los niveles de grasas, aumentar la ingesta de vitaminas y sales minerales, etc. Desde luego que ésta es la base para una alimentación sana y equilibrada, pero nos estamos dejando multitud de aspectos fundamentales que crean equilibrio en nuestra nutrición: edad, costumbres, esfuerzo físico, clima en el que vivimos, estación del año en que nos encontramos, características metabólicas del individuo y, las más importantes a mi juicio, características del alimento y ámbito sociocultural.

Cada alimento tiene unas características propias, las cuales nos indican sus porcentajes de nutrientes (porcentaje de agua que contiene, hidratos, vitaminas, proteínas, grasas, sales), pero también debemos atender a una información extra acerca de él: de dónde proviene, en qué climas crece, en qué estación del año se recolecta para su consumo, etc.
Por lo general, descuidamos todos estos aspectos del alimento a la hora de incluirlo en nuestra dieta. Sin embargo, para que la persona logre adecuar su alimentación, es necesario prestar atención a aspectos más sutiles que la mera "cuenta de calorías".

Ejemplo:
Una zanahoria no sólo es una mezcla de agua, vitaminas, fibra y betacarotenos!!! Tiene unas características propias que le hacen ser naranja, alargada, crecer en ciertos climas, ser dura, etc.  Cuando comemos zanahoria, no nos estamos comiendo sus vitaminas y betacarotenos; nos comemos la zanahoria entera, con sus propiedades (buenas y/o malas ó ambas), comemos sus enzimas, comemos las bacterias que puedan habitar en ella, comemos todas y cada una de sus particularidades, las cuales (en mayor o menor medida) pasan a formar parte de nuestro organismo. 
La zanahoria puede ser un alimento altamente nutritivo y beneficioso para nosotros y, sin embargo, causarle alergia a la persona que tenemos al lado. Esto depende de las características propias de cada metabolismo y de cómo reacciona ante lo que comemos.

Por ello, además de saber cuáles son los alimentos (generalmente) beneficiosos, cuáles son perniciosos, qué cantidades de grasa y proteína poseen, etc; tenemos que fijarnos en cómo reaccionamos ante ellos para lograr una dieta acorde a nuestras características.

En mi opinión, "la dieta" es un castigo que nos imponemos porque nos sentimos pesados, aturdidos, sin energía... Pero la solución al problema no es ponerse un castigo y comer cosas que no nos gustan y evitar las que nos encantan sin conocer realmente si nos benefician.
Llamemos a partir de ahora a "nuestra dieta" NUTRICIÓN CON SENTIDO. Cuando prestamos atención a lo que comemos, sabemos lo que nos aporta y lo que nos ayuda o perjudica, empezamos a sentir realmente que eso que hacemos tiene sentido y encontramos beneficios en todos los aspectos.
Los resultados de una buena alimentación llegan con mucha rapidez, y la mejora es tan significativa que todo empieza a cambiar poco a poco...
La diferencia entre seguir una dieta general y una totalmente personalizada es enorme.

Con una dieta personalizada conseguiremos:

- Reducción del peso (si es que hay sobrante).
- Reducción del colesterol.
- Aumento de la energía.
- Mejora del sueño.
- Mejora en el rendimiento del sistema inmunológico.
- Mejora en la capacidad de concentración y de la atención.
- Mejora del metabolismo.
- Mejora del funcionamiento de todas las glándulas endocrinas.
- Mejora del estado psicológico general.
- Desaparición de alergias.
- Desaparición de acné y ciertos problemas cutáneos.
- Desaparición de problemas digestivos.
- Protección contra multitud de enfermedades e incluso tumores.
- Y la más importante, nos encontramos cada día mejor.